Brie, camembert, comté, raclette: ¡el mundo del queso es infinito y muy emocionante! Descubre los tipos de quesos franceses más populares y cómo se comen.
Para los amantes del queso, Francia es un auténtico paraíso, ya que alberga más de 1200 variedades de esta delicatessen. La combinación del terroir (factores medioambientales como el clima, el suelo y la topografía que influyen en la calidad de un alimento) y el savoir-faire artesanal le dan a cada queso francés un sabor, textura e historia únicos.
Por ello, elegir el queso francés ideal para un plato o completar una tabla de quesos puede ser todo un reto. Si alguna vez has llegado al pasillo de los quesos en el supermercado y no has sabido muy bien qué elegir, estás en el lugar correcto. Aquí tienes una guía para conocer mejor los quesos franceses más populares y las mejores formas de disfrutarlos.
Quesos blandos y cremosos
Brie
El brie es un exquisito queso de leche de vaca que recibe su nombre por la región del norte de Francia de la que procede. Su característica corteza blanca y cremoso interior son sus señas de identidad. El brie tiene un sabor suave y mantecoso que lo hace muy versátil, y muchos expertos recomiendan comerlo con la corteza para potenciar su sabor láctico y ligeramente ácido.
El brie suele degustarse a temperatura ambiente (sácalo de la nevera al menos media hora antes de servirlo) y marida muy bien con pan de masa madre, nueces o manzana verde. También puede meterse en el horno para darse un reconfortante capricho.
Camembert
El camembert, que a veces confunden con el brie por su corteza enmohecida, es un queso de corteza blanda de Normandía con un sabor un poco más rústico que su primo. Este cremoso queso ofrece un potente aroma, con notas terrosas que nos recuerdan a champiñón y avellana.
El camembert suele cortarse en cuñas y servirse a temperatura ambiente con frutos secos o fruta, como higos o uvas frescas. También puede meterse al horno y servirlo con una tostada de pan de nueces.
Raclette
Este queso semiduro de los Alpes franceses cuenta con un aromático sabor en el que se equilibran notas saladas, dulces y a nueces. Cuando se derrite, la raclette se vuelve blanda y fácil de untar, y esta es la forma en la que más se suele disfrutar.
De hecho, ¡la raclette fundida es tan popular que tiene hasta su propio utensilio para prepararla! Este utensilio trae bandejas individuales para colocar lonchas de este queso que se colocan bajo una plancha caliente para derretirlo. El resultado se echa sobre patatas cocidas, jamón u otro tipo de embutidos o pepinillos.
Quesos duros
Comté
Uno de los quesos franceses más populares, el comté (de la región Franco-Condado) es un queso de oveja duro e intenso con un complejo sabor afrutado y a nuez. Conforme madura, en su interior se forman cristales de proteína que se suelen confundir erróneamente con granos de sal, por lo que su textura es única.
El comté es un protagonista indiscutible de las tablas de queso francés, aunque también funciona genial en un sándwich tostado o rallado como toque final a una sopa o pasta.
Mimolette
Este queso de un naranja intenso, con su textura seca y friable, procede de la ciudad norteña de Lille. Puede consumirse a distintos grados de maduración, con las versiones más jóvenes que nos recuerdan a un cheddar suave mientras que las más añejas presentan una intensidad similar a la del parmesano pero con un aroma más a frutos secos.
El mimolette puede comprarse entero para rallarlo sobre platos calientes o ensaladas o también directamente en lonchas para utilizarlo en bocadillos o hamburguesas.
Emmental
El emmental con su tonalidad amarilla clara, su textura suave y sus característicos agujeros, es un queso muy apetecible de la región de Savoy. Este queso suave y afrutado presenta un olor penetrante pero un sabor sorprendentemente suave y mantecoso.
Gracias a su facilidad para fundirse, el emmental es la opción perfecta para una fondue, un gratinado, un guiso o incluso un sándwich tostado.
Quesos de oveja
Roquefort
Debido a su popularidad entre la realeza a lo largo de la historia, el roquefort suele conocerse como el «rey de los quesos». Elaborado con leche de oveja, este queso con vetas azules procedente de la zona de Occitania al sur de Francia, tiene un aroma intenso y un sabor fuerte y ligeramente amargo.
El roquefort suele servirse a temperatura ambiente y marida muy bien con frutas frescas como el higo, la pera y las drupas, además de con las nueces, por lo que es una opción ideal para las ensaladas. Asimismo, su sabor fuerte y salado combina muy bien con los platos de carne.
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