Platos sencillos y sabrosos: impresionantes recetas francesas para el día a día
La cocina francesa no tiene siempre que ser alta cocina: descubre 6 deliciosas recetas francesas que aprovechan al máximo ingredientes sencillos y asequibles.
Aunque la cocina francesa suele relacionarse con estrellas Michelin e ingredientes lujosos, la realidad en la mayoría de hogares franceses es muy distinta. Las típicas recetas francesas se suelen centrar en utilizar ingredientes sencillos y asequibles, por ejemplo, verduras de proximidad, huevos y legumbres como alubias o lentejas para crear platos humildes pero elegantes. Estas son seis de nuestras recetas francesas favoritas:
Huevos en cocotte (œufs cocotte)
Esta receta clásica implica cocinar en el horno los huevos en un ramequín hasta que adquieran el punto que más te guste. Se trata de una receta que admite un alto grado de personalización, por lo que puedes añadir lonchas de jamón o bacon bajo los huevos, coronarlos con cebolla caramelizada, chalotas o champiñones cremosos o incluso añadirles un poco de queso como parmesano, queso azul, queso de cabra o emmental. ¡Para terminar, échales alguna hierba aromática picada como perejil, romero o cebollino para darles el toque final!
Coquillettes con jamón francés (coquillettes au jambon)
¿Quién dice que para hacer un buen almuerzo hay que invertir más de 15 minutos? Para preparar esta receta francesa de culto, hay que cocer las coquillettes en caldo y queso para potenciar todo su sabor, añadir una nuez de mantequilla y aderezar con sal y pimienta. Por último, hay que añadir unas tiras de jamón cocido de buena calidad. ¡Es el plato insignia de la comida reconfortante francesa!
Arroz con leche (riz au lait)
A los franceses les encanta terminar la comida con algo dulce y el arroz con leche es un postre cremoso y delicioso que nunca falla. Para prepararlo, hay que cocer arroz de grano corto en leche con vainilla de Tahití y azúcar a fuego bajo hasta que se ablande (unos 20 minutos). Una vez listo, ¡puedes comértelo frío o caliente! Para personalizar este plato, puedes combinarlo con una compota de ácido ruibarbo para avivar la cremosidad del plato o echarle por encima unas almendras tostadas laminadas para un toque crujiente.
Sopa de cebolla francesa (soupe à l’oignon)
La sopa de cebolla francesa es una receta tradicional reconfortante y sana perfecta para entrar en calor en los meses más fríos (aunque se puede disfrutar de ella en cualquier estación). Para prepararla, hay que caramelizar las cebollas a fuego lento hasta que estén bien doradas, después se cocinan a fuego lento en una mezcla de vino, jerez y caldo para concentrar el sabor. Una vez que la sopa se sirve en una cazuela, se termina con una rebanada de pan y una generosa ración de queso fundido por encima de tan delicioso manjar.
Sándwich de jamón york y queso a la plancha (croque monsieur)
No siempre hacen falta muchos ingredientes para conseguir un buen plato y esta receta de sándwich de jamón york y queso a la plancha es la prueba de ello. Entre dos finas rebanadas de pan rústico, que se han untado con un poco de mantequilla por fuera, se colocan unas lonchas de jamón cocido de buena calidad y de queso emmental rallado. Una vez montado, el sándwich se calienta en una sartén hasta que se funda el queso y el pan quede caramelizado y crujiente.
Ensalada de lentejas francesas (salade de lentilles)
Si buscas un plato fresco y fácil de llevar al trabajo o a un pícnic, echa un vistazo a esta ensalada sencilla pero suculenta, deliciosa y muy proteica, de lentejas francesas, lechuga, pera dulce y queso azul Fourme d’Ambert, todo ello aliñado con una sencilla vinagreta de aceite de oliva, vinagre de frambuesa y mostaza. Un plato 100 % francés y fácil de preparar.
Estas recetas son la prueba de que no tienes que pasarte horas en la cocina ni gastarte un dineral para crear platos deliciosos y apetecibles para ti o tu familia. Si quieres buscar más inspiración para cocinar a diario, echa un vistazo aquí.