En Francia, los crémants están viviendo un auge sin precedentes. Nada menos que ocho denominaciones de origen lo producen. Descubrimos estas burbujas festivas.
A los 18 años, Louise arrugó la nariz ante su primer sorbo de champán. Con el tiempo, esta primera sensación desapareció. Tiempo después, durante una sofisticada fiesta parisina dedicada al champán que bebía el famoso agente británico 007, Louise interroga a Carlos. Este sumiller cinéfilo lo sabe todo sobre los espumosos y jura que es difícil distinguir ciertos crémants de los champanes. Además, entre los champanes de la cata, ha incluido un intruso: un crémant de Limoux. Nadie se ha dado cuenta. Intrigada, Louise le pregunta a qué se debe la efervescencia del vino. «Es sencillo —responde Carlos—. En los champanes y crémants, la efervescencia está ligada a la adición de un licor de tiraje (vino de la cosecha, azúcar y levadura), que desencadena una segunda fermentación alcohólica en la botella, la cual genera dióxido de carbono». Sorprendida, Louise pregunta qué diferencia a estas dos denominaciones. Carlos sonríe.
El champán y el crémant, primos hermanos
Los crémants son primos hermanos de los champanes. Originalmente, en la región de Champaña se producían ambos. Por su parte, el crémant es un vino efervescente semiespumoso, con una presión inferior. Además, el «méthode champenoise», como se denomina al método tradicional de elaboración del champán, se reserva exclusivamente a los vinos elaborados en Champaña, mientras que el término crémant se emplea en otras regiones francesas en las que, históricamente, se producen vinos espumosos. En lugar de la mención «Méthode champenoise», estos llevan en la etiqueta «Méthode traditionnelle» (método tradicional). En ambos casos, la transformación del vino en espumoso se realiza una vez embotellado. Desde la década de los noventa del siglo pasado, se han reconocido ocho AOC/DOP para los crémants: «d’Alsace», «de Limoux», «de Bourgogne», «de Die», «de Bordeaux», «de Loire», «du Jura» y «de Savoie». Además, el vino ecológico está en alza en esta categoría, cuyos precios siguen siendo asequibles.
No obstante, no todos los crémants se elaboran con las variedades de uva de Champaña (pinot noir, chardonnay, pinot meunier, arbane, petit meslier, pinot blanc y pinot gris), adaptadas a esta región. Los amantes del vino reconocen que el terruño y el saber hacer de la región de Champaña confieren a estos vinos espumosos un perfil único en el mundo. Sobre todo, la región cuenta con una gama excepcional de vinos de reserva que se mezclan con los vinos claros para los champanes de añada. A Louise le encanta este Crémant de Bourgogne rosado por su sencillez. Su amiga japonesa Yoko prefiere el champán «Blanc de Blancs» sin azúcar añadido. El gusto sigue siendo una cuestión de origen. Seguro que las dos amigas no tomaban los mismos pasteles de niñas.
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