Los vinos de la región son en su mayoría tintos, pero también existen los rosados, blancos y espumosos... ¡Y muchas veces, de los mejores!
Syrah, garnacha, monastrell, cariñena o incluso cinsault: Languedoc tiene todo un «arsenal» de cepas tintas para producir vinos de este mismo color. Tanto es así que el público suele poner a esta región la etiqueta de viñedo monocromático. Es difícil decirle que está equivocado, pues los tintos representan alrededor del 75 % de la producción local. Sin embargo, tampoco se le puede dar la razón sin pasar por alto una cuarta parte de los vinos de esta región tan valiosa.
Rosados alegres y espumosos notables
¿Por qué olvidar los rosados? Provenza no tiene el monopolio de estos caldos de colores claros, diseñados para acompañar aperitivos y comidas veraniegas. Muchos productores de Languedoc también elaboran vinos a la vez frescos y profundos. Otros también embotellan espumosos más que notables. Así, por ejemplo, algunos viticultores han empezado a producir espumosos naturales, muy a la moda desde hace unos años. Además, existe un viñedo especializado en espumosos. Se encuentra en el municipio de Limoux, en el oeste de la región, entre Carcasona y las estribaciones pirenaicas. Cuenta con tres denominaciones de origen: Blanquette de Limoux, Crémant de Limoux y Limoux Méthode Ancestrale. Algunos de sus vinos se encuentran, sin duda, entre los mejores espumosos de Francia.
Blancos elegantes
Como Languedoc está situado en el sur del país y tiene un clima cálido y seco, uno podría llegar a imaginar unos vinos blancos dulzones y empalagosos que cansan nada más acabar la primera copa. Los hay así, por supuesto, pero distan de ser mayoría. Más allá de la denominación de origen Picpoul-de-Pinet, de la que solo gozan unos blancos más bien vivaces y refrescantes, muchos viticultores demuestran que Languedoc es también una tierra de grandes vinos blancos, expresivos y muy elegantes. Claro que eso supone respetar algunas «reglas»: no plantar las viñas en suelos demasiado calientes; o sea, por ejemplo, elegir exposiciones al norte, poco expuestas al fuerte calor de la tarde; cosechar las uvas con un grado de madurez justo y no excesivo; y no extraer demasiado los vinos en la bodega, para evitar un exceso de cuerpo en contacto con las lías. La Chouette Blanche de Mas Foulaquier, denominación Pic Saint-Loup; La Bégou de Maxime Magnon, denominación Corbières; o también Cabretta de Mas d'Alezon, denominación Faugères, junto con muchos otros, son los mejores embajadores de los vinos blancos de Languedoc. Y si los recomiendan las mejores tiendas de vinos y sumilleres consagrados, ¡no será por casualidad! ¿Se atreve a degustarlos?
Taste France Magazine's organic picks
This blend has featured among the great white wines of the region for a few vintages. A blend of several grape varieties including white and grey Grenache, combining tension and tenderness, it reveals great minerality and expresses elegant citrus notes. Pair with fish, white meat, etc.
Maxime Magnon - Corbières - "La Bégou" 2019
2019 was an excellent vintage, unencumbered by climatic excesses. Wines like this one benefited from the excellent conditions, achieving remarkable balances and a delicate aromatic expression, in this case with smoky notes. The generosity of the south, without the exuberance.
La Grange de Quatre Sous - IGP Pays d'Oc - "Le Rosé"
On the Saint-Chinian terroir, Hildegard Horat bottles wines that are a pure expression of the terroir. This characterful, mineral rosé, composed of Syrah, Cabernet and a little Grenache, is a fine example. A real wine, a far cry from swimming pool rosés.
Domaine Les Hautes Terres - Limoux Méthode ancestrale – “L’Air du Paradis”
Gilles Azam is one of the most prominent winegrowers in the Limoux terroir. His reputation is well-deserved, given the quality of his still and sparkling wines. This blend has a joyful effervescence and fulfils its thirst-quenching mission with great energy and panache.
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