¡Cinco maridajes con champán y dos consejos para los menús navideños!

Maridaje n.° 1: de aperitivo

Para empezar la comida, elige un champán refrescante y puro: un «brut zéro dosage», también conocido como «non dosé» o «brut nature», es decir, sin licor de dosificación añadido. ¡Ideal para acompañar unas tostas con salmón ahumado!

Maridaje n.° 2: con productos del mar

Mariscos, crustáceos, pescados... Elige un champán «blanc de blancs» (elaborado exclusivamente con chardonnay) de uno de los terruños de la famosa Côte des Blancs, preferiblemente joven. Su vivacidad, mineralidad y finura acompañarán perfectamente el carácter marino de los platos, sin abrumarlos.

Maridaje n.º 3: con carne

Sí, el champán puede acompañar a las aves de corral, al pavo y al capón, ¡e incluso a otras carnes! Dependiendo de la preparación, habrá que abrir un champán más o menos vigoroso y vinoso... Cuanto más potente sea el plato, más potente deberá ser el champán. ¿Y para acompañar la carne de ave asada? Un vino de ensamblaje a base de chardonnay, pinot noir y pinot meunier. ¿Y con carne roja o de caza en salsa? Es preferible apostar por una mayor intensidad con un champán «blanc de noirs», elaborado únicamente con uvas negras (pinot noir o pinot meunier).

Maridaje n.° 4: con queso

Los champanes combinan muy bien con muchos quesos... ¡sobre todo con aquellos curados durante 10 o incluso 15 años! Su efervescencia equilibra la grasa del queso, mientras que su ligera oxidación y sus aromas otoñales son los mejores aliados de los quesos con corteza blanca, como un brie trufado o un Brillat-Savarin, por ejemplo.

Maridaje n.° 5: con el postre

El postre y el champán no suelen combinar bien, en particular si se trata de chocolate. Sin embargo, una elaboración a base de naranja puede combinarse con un champán rosado, que suele transmitir aromas cítricos en su juventud.

Consejos

Elegir el champán adecuado para cada plato es una cosa, ¡pero también hay que servirlo correctamente! ¿Cuál es la temperatura adecuada? Nunca por debajo de 8 °C, para evitar que se endurezca, se fije o se cierre. ¿En qué copa se sirve? Ni en una flauta (demasiado estrecha), ni en una copa (demasiado abierta). Lo mejor es en una copa de vino para obtener una expresión precisa y generosa