En el mundo de la gastronomía, la fusión de culturas culinarias es un arte que crea armonías inesperadas. Dos de las gastronomías más ricas y veneradas en Europa, la cocina española y la francesa se pueden complementar. La suma de ingredientes únicos por su origen y procesos de elaboración, renueva platillos clásicos españoles que se benefician de su versatilidad y sabor.
Foie con cordero asado y huevos rotos
Uno de los ingredientes franceses más emblemáticos que se ha integrado con éxito en la cocina española es el foie. Este delicioso y cremoso hígado de pato ha encontrado su camino acompañando platos españoles como cordero asado, ahí añade una textura suave y un sabor rico que complementa a la perfección la tierna y jugosa carne. Un ejemplo notable es el cordero asado con salsa de foie, en el cual, la salsa untuosa realza la carne y crea una experiencia gastronómica sublime.
Otro clásico renovado con foie son los huevos rotos. La cremosidad del hígado armoniza a la perfección con el sabor neutro de las patatas; la untuosidad del aceite de oliva y el equilibrio de la proteína ofrece un platillo diferente a la preparación clásica. Esta es una receta muy fácil, la magia está en servir el huevo con la yema tierna para que se revuelva con facilidad con el foie y las papas.
Para los amantes de las alcachofas aquí hay otra preparación.
Quesos franceses con tapas, croquetas y tortilla de patatas
Otro producto francés que ha conquistado los paladares españoles es el queso. España es conocida por su amplia variedad de ese producto, pero la inclusión de quesos franceses como el Brie o el Camembert ha añadido una dimensión nueva a muchos platos españoles tradicionales. Por ejemplo, una tosta de pan con tomate y jamón ibérico se convierte en un manjar extraordinario cuando se combina con queso Brie derretido sobre ella, creando una mezcla de sabores que deleita los sentidos.
Otro de los platillos españoles más versátiles son las croquetas que adquieren un sabor untuoso por dentro cuando se preparan con queso Camembert, pero crujiente por fuera. El clásico de la cocina española, la tortilla de patatas marida a la perfección con el sabor sútil del queso Reblochon que se funde con ingredientes habituales de esa preparación como el huevo, las patatas, el aceite de oliva y la cebolla.
Mantequilla francesa, el ingrediente magia de la repostería
La mantequilla es otro ingrediente francés que encontró su lugar en la cocina española, especialmente en la repostería. La mantequilla francesa es conocida por su alta calidad y sabor distintivo, que se combina maravillosamente con los sabores intensos de la cocina española. Un ejemplo de esta fusión es el pastel vasco, una delicia tradicionalmente española que se beneficia enormemente de la suavidad y riqueza que aporta la mantequilla francesa. La magia de este ingrediente también marida a la perfección con platos salados, ¿qué tal un Pulpo Gallego a la mantequilla y ajo ?…jugoso, sedoso, que se deshace en la boca y alcanza la cúspide con unas gotitas de limón.
Vino francés con Tarta de Santiago y Crema Catalana
No podemos dejar de lado la armoniosa combinación de vinos franceses con platos españoles. Los vinos franceses son reconocidos en todo el mundo por su calidad y variedad. Por ejemplo, un plato típico español como la paella ofrece una nueva experiencia acompañada de un vino blanco francés como el Chablis, cuya acidez y frescura complementan perfectamente los sabores intensos del arroz y los mariscos.
La frescura y acidez de las notas de cereza y frambuesa del Beaujolais combina a la perfección con dos postres de la cocina clásica española: la Tarta de Santiago y la Crema Catalana. En el primero, el pan hecho de almendra, azúcar y huevos posee una textura húmeda que resalta con el sabor frutal de ese vino joven francés. Para cerrar con broche de oro, la Crema Catalana, también se beneficia de la frescura de ese tipo de vino que aporta una acidez controlada a la cremosidad y dulzura del postre clásico español.