Albaricoques y melones franceses: lo esencial para tus comidas estivales
¡Ah, el verano! Comer con los pies en la hierba o en la terraza y disfrutar de ratos con los amigos y de unos días interminables. No pierdas tiempo en la cocina y sirve albaricoque y melón francés. Jugosos y aromáticos, concentran la dulzura y la energía del sol, ¡en un abrir y cerrar de ojos! ¡En cualquier momento del día!
Pícnic en la playa
¡El melón es tan delicioso al natural que no necesita florituras! Elige uno pesado y aromático, con una corteza suave. Cuando el pedúnculo se agrieta y empieza a desprenderse, ¡el melón está en su punto! En cuanto a las variedades, el Charentais, con su corteza rayada de verde y su carne anaranjada, cultivado tanto en el sur como en el centro occidental,es la estrella del mercado. ¡No olvides tu cuchillo Opinel! A continuación, prepara un tabulé con bulgur remojado durante 2 horas en agua fría, las hojas de un manojo de menta y otro de perejil plano finamente picadas, 3 cebolletas picadas, aceite de oliva, un poco de limón, sal y rodajas finas de albaricoque Bergarouge, no demasiado maduro, para darle un toque afrutado.
Barbacoa en el jardín
Mientras se calientan las brasas, refresca a los invitados con unas margaritas poco cargadas, pero extraordinariamente aromáticas: mezcla la pulpa de dos melones Charentais, cortada en cubos y conservada en el congelador una hora antes, con 60 cl de tequila añejo, 30 cl de zumo de lima y 2 cucharaditas de sirope de agave. Ahora que tus invitados están cómodos, ¡ponlos a trabajar! Ensarta orejones de albaricoque Bergeron del valle del Ródano, redondos y carnosos, en ramas de romero. Calcula un kilo abundante para 4 personas. Para el postre, pincela las brochetas con una mezcla de 4 cucharadas de azúcar moreno y 100 g de mantequilla salada derretida en una sartén. Dóralos durante 10 minutos en una parrilla caliente y sírvelos con helado de vainilla.
Aperitivo junto a la piscina
¡Sublima un clásico del verano! Encuentra un jamón de calidad para acompañar unas rodajas de melón de Cavaillon en su punto. ¿Por qué no un prisuttu de Córcega o un jamón negro de Bigorre Norcia, de la región de Perugia, en Italia? Además, selecciona 3 albaricoques que estén todavía ligeramente firmes, fragantes y sutilmente ácidos: unos anaranjados madurados bajo el sol de la Provenza, por ejemplo. Córtalos en cubos pequeños, añade 5 ramitas de cebollino, las hojas de 3 ramitas de perejil plano y 1 cebolleta, todo ello finamente picado. Liga este condimento con un aceite de oliva herbáceo, una pizca de flor de sal y un poco de pimienta de Kampot. Sírvelo con queso de cabra fresco. ¡Toda una delicia!
Una cena al fresco
Los albaricoques combinan maravillosamente bien con la carne de cerdo, así que pide a tu carnicero unas chuletas con hueso. Coloca los albaricoques por encima, sazona y ata la carne para encerrar los albaricoques. Ásalas en una cazuela en el horno: ¡es fácil, elegante y delicioso! Para esta receta, los tintos del Rosellón son el maridaje perfecto. Para el postre, opta por la ligereza. Saca la cuchara parisina y mezcla bolas de melón amarillo Charentais y de sandía. Adereza con un almíbar frío, hecho con 4 cucharadas de azúcar, 20 cl de agua y el zumo de una lima, calentado durante 5 minutos e infusionado con una ramita de verbena.
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