Cinco vinos naturales franceses para servir en tu próxima cena

El vino natural se elabora con una intervención mínima, dejando que las uvas y las levaduras naturales hagan su trabajo para crear vinos atrevidos, afrutados y terrosos. El vino natural comienza con uvas ecológicas o biodinámicas que se cultivan sin pesticidas ni herbicidas. Tras la recogida manual de las uvas y su traslado a las cubas, las levaduras naturales presentes en la fruta inician el proceso de fermentación, convirtiendo el mosto en vino.

Para los viticultores convencionales, el proceso puede ser muy diferente. Muchas bodegas tradicionales utilizan pesticidas y herbicidas para mantener sus viñas intactas y máquinas para cosechar las uvas, ya que trabajan a una escala mucho mayor. A partir de ahí, se añaden diversos ingredientes a las uvas para que el vino desarrolle determinados sabores y características. Estos aditivos pueden ir desde el carbón activado para filtrar el vino o el dióxido de carbono para crear vino espumoso, o en casos menos frecuentes, clara de huevo, aromatizantes de roble o Mega Purple, un colorante alimentario muy fuerte que se utiliza para dar al vino un tono púrpura oscuro.

Aunque estos aditivos no son necesariamente malos para el consumo, el vino natural se considera un producto más honesto y puro, elaborado con menos contaminantes y sin productos químicos. Algunos incluso afirman que no da resaca (aunque es fácil desmentirlo).

El fervor en torno al vino natural comenzó con un puñado de pequeñas bodegas familiares en Francia, que empezaron a experimentar con técnicas antiguas. En los años noventa, en París, los bares y tiendas de vinos comenzaron a organizar catas de estos vinos singulares, y la popularidad del vino natural se disparó en todo el mundo.

En Estados Unidos, los bares y tiendas especializadas en vinos naturales están popularizándose en ciudades de costa a costa, permitiendo que los entusiastas del vino de todo el país prueben vinos naturales divertidos, sabrosos y fáciles de beber procedentes de Francia, el país donde empezó todo.

A continuación, te recomendamos cinco vinos naturales franceses para tu próxima cena. Lo de la resaca, ya, depende de ti.

La selección de Taste France Magazine

Tinto: Domaine Matin Calme «Mano a Mano»

Región: Languedoc-Roussillon
Variedad: garnacha y cariñena
Sabor: este vino tinto de color claro es fresco y afrutado, con aromas terrosos y minerales. Disfrútalo con platos contundentes como el cordero asado con verduras.

Pet Nat: Domaine Anna et Andre Durrmann «Cuvee Nature Pur Jus»
Región: Alsacia
Variedad: pinot blanc, riesling y pinot gris
Sabor: con un ligero velo y un final afrutado, este vino espumoso deliciosamente ácido marida bien con quesos potentes y cremosos.

Naranja: Domaine Plageoles «Terroirists»
Región: Gaillac
Variedad: moscatel, loin de l’oeil, sauvignon blanc, verdanel y mauzec vert
Sabor: rico y terroso, con aromas de albaricoques secos y especias, este vino funciona bien con platos de pescado fríos como el salmón ahumado, el caviar o el sushi.

Rosado: Domaine Tempier «Bandol»
Región: Provenza
Variedad: mourvedre, granche y cinsault
Sabor: este rosado floral y afrutado combina bien con platos ligeros como el salmón a la parrilla con quinoa o la ensalada niçoise. 

Blanco: Domaine Sylvain Pataille «Les Mechalots»
Región: Borgoña
Variedad: chardonnay
Sabor: el roble cremoso y la manzana verde ácida confieren a este vino una acidez perfectamente equilibrada, que combina bien con platos como la pasta o la quiche.

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