Chartreuse

La historia del chartreuse se remonta al siglo XVII, a 1605 para ser más concretos. Ese año, el mariscal de Estrées desembarcó en París. De su viaje traía un manuscrito que contenía la fórmula de un elixir de larga vida. El prior general del monasterio de la Gran Cartuja de Voiron, al norte de Grenoble, mostró un gran interés y se hizo con la obra. En 1764, el Elixir Végétal de la Grande-Chartreuse veía la luz y unos años más tarde, en 1840, se crearon el chartreuse verde y amarillo. Aquí comenzaba una nueva epopeya, la de la producción de estos licores por parte de la orden de los cartujos que son los únicos que poseen la fórmula original. Hoy en día, en Voiron, en su tierra de origen, solo dos de ellos pueden trabajar en su elaboración. Primero, mezclan las 130 hierbas y especias necesarias para elaborar durante 3 semanas los destilados, macerados e infusiones en frío que componen el licor. Después, en la destilería, se llevan a cabo los ensamblajes necesarios al añadir agua osmotizada y azúcar de caña. Por último, se dejan envejecer en bodega en dos ambientes distintos y en barricas de distinto tamaño el tiempo necesario para que la complejidad aromática se intensifique y el alcohol se apacigüe...