Merluza negra de la Reunión

La merluza negra, poco conocida en la Francia metropolitana, se considera como uno de los mejores pescados del mundo. Muy apreciada en China, Japón y Estados Unidos, también recibe el nombre de «mero» en Japón, róbalo de fondo o mero chileno. Este pescado carnívoro de los mares del sur, que puede alcanzar los dos metros de longitud, es demersal, es decir, que vive cerca del fondo marino. A medida que crece, desciende hasta los 2000 metros de profundidad. El prestigio de este pescado de carne y sabor muy finos se remonta a la década de los noventa del pasado siglo. Su elevado precio fomentó entonces la pesca furtiva y Francia reaccionó rápidamente para impedir la pesca ilegal. Para preservar este codiciado recurso, se establecieron estrictas cuotas y medidas de gestión, acordadas con el Museo Nacional de Historia Natural de Francia. Gracias a ello, las poblaciones han podido recuperarse.  

En Francia, que cuenta con la mayor reserva de merluza negra, se pesca en las aguas heladas de las Tierras Australes y Antárticas Francesas (TAAF) seis pesqueras de la Reunión en torno a las islas Kerguelen y Crozet. Un inspector de las TAAF debe estar siempre a bordo de los buques para comprobar el cumplimiento de estas normas, que se revisan cada año. La merluza negra también es depredada por orcas y cachalotes, que acuden a servirse de los palangres (las largas líneas de pesca de los palangreros en las que se fijan anzuelos a intervalos regulares). En cuanto se saca el pescado del agua, se prepara y se congela para conservar su frescura y sabor.