No hay a quien no le guste el caramel au beurre salé (caramelo de mantequilla salada). Su sabor intenso, dulce con un toque salado va directo a los centros del placer del cerebro y ¡provoca una verdadera adicción física científicamente demostrada! Se trata de un ingrediente estrella que podemos encontrar en mil y un formatos, desde caramelos envasados en un supermercado hasta las creaciones más intrincadas elaboradas por maestros pasteleros galardonados y todo lo que se encuentra a mitad de camino. ¡Descubre todos los secretos de esta maravilla que combina dulce y salado!  

Lo que hay que saber

El caramelo de mantequilla salada proviene de Bretaña, una región célebre por la producción de productos lácteos de gran calidad, incluida la nata y la mantequilla.  

 

Su origen  

En 1977, Henri Le Roux, un famoso chocolatero de Bretaña, creó esta receta de caramelo de mantequilla semisalada con nueces, avellanas y almendras trituradas. Obtuvo el premio al Mejor Caramelo de Francia en el Salon International de la Confiserie (Salón Internacional de la Confitería) en 1980 y, en 1981, registró la marca comercial CBS® para el caramelo de mantequilla salada.

 

Caramelo de mantequilla salada: mil y una opciones 

Solo se necesitan tres sencillos ingredientes para preparar una salsa de caramelo de mantequilla salada: azúcar, nata y mantequilla salada. Si se opta por una mantequilla salada y una nata con DOP de Bretaña, el resultado será mágico. Puedes echarlo sobre helado, una tarta, un brioche, unas tortitas, bañar manzanas o peras con él o combinarlo con chocolate y frutos secos. ¡Es muy versátil y las posibilidades de combinación son infinitas!   

Su preparación en casa es muy sencilla, pero también se puede conseguir sin problema en el supermercado en diversos formatos. Caramelos d’Isigny (unos cuadrados de caramelo con textura chiclosa), caramelos duros, untable de caramelo, sirope y las famosas piruletas niniches de Quiberon por nombrar solo unas pocas opciones. 

Nota de la redacción

« Aunque se popularizó en la década de los 80, la historia de este caramelo se remonta mucho tiempo atrás. La versión más antigua y sencilla del caramelo, que data del año 1000 a. C., consistía en una mezcla en la que se hervía caramelo y agua que después se endurecía. El caramelo blando se creó por primera vez en 1860, cuando los chefs le añadieron leche y nata. Y viajamos hasta el siglo XIV para hablar de nuestro ingrediente estrella: la mantequilla salada de Bretaña. En 1343, el rey Felipe VI de Valois estableció la gabela de la sal, un impuesto real sobre la sal que obligaba a los ciudadanos a comprar una cierta cantidad de sal al año y les impedía utilizarla para elaborar productos salados (un delito que podía conllevar penas de cárcel o incluso de muerte). Por aquel entonces, la mantequilla sin sal era la norma en Francia. Sin embargo, la región de Bretaña estaba exenta de este impuesto y los ganaderos de la zona podían utilizar la sal de Guérande local para la mantequilla. »

Para ser emparejado con

Chocolate, manzana, pera, nueces, avellanas, almendras y helado.  

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