Ciruela pasa de Agen IGP

Las ciruelas pasas llegaban procedentes de China por la Ruta de la Seda y se quedaban en Siria hasta que los galos comenzaron a cultivarlas y los romanos a propagarlas. En el siglo XII, la variedad de Damasco se instaura en Agen y sus alrededores. Por aquel entonces, a través de injertos, los monjes seleccionaron un nuevo árbol al que llamaron ciruelo de Ente (en francés antiguo, enter significaba injertar). Estas ciruelas se secaban y llevaban en barco hasta Burdeos, almacenadas en sacos en los que se estampaba el nombre de su puerto de origen: Agen. ¡De ahí viene su denominación!
Este es el comienzo de una larga historia, marcada en 2002 por la obtención de una IGP. Para obtener esta distinción, las ciruelas deben obtenerse de ciruelos de Ente y cultivarse, recolectarse, secarse, transformarse y prepararse dentro de las 6 provincias del sudoeste francés designadas para ello.
¡Y esto no es todo! Los frutos, que se seleccionan en el punto ideal de maduración a finales de verano, primero deben lavarse, clasificarse, calibrarse y después deshidratarse de forma controlada, entre 20 y 24 h a unos 75 °C para obtener un nivel de humedad del 30 al 35 %. Posteriormente, se llevan a cabo otras fases de control, clasificación y almacenamiento, antes de su rehidratación o después y así obtener unas ciruelas de Agen rehidratadas o pasas que se venden en distintos tamaños, desde las grandes (entre 55 y 66 frutos por cada 500 g) a las supergigantes (¡unos 33 frutos por cada 500 g!).